Decía Pericles que “los que son apáticos políticamente sólo pueden sobrevivir si les apoya un grupo de gente que tome la acción política”. El gran estadista griego no contaba con el coronavirus… Aunque estemos anegados de información sobre el coronavirus (covid 19), ésta se centra en gran parte en su trágico impacto médico, y por supuesto, en sus consecuencias en la economía, así como en las reacciones de la política monetaria y fiscal. Con todo, creo que es importante analizar los impactos que el virus puede desempeñar en la política convencional.

En EEUU, la reciente victoria de Joe Biden en el supermartes (que concentra gran número de primarias del “partido” demócrata) plantea un escenario bastante novedoso de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Si el elegido fuese Sanders, su escoramiento a la izquierda (parece que Sanders llevó a su prometida a la Unión Soviética como viaje de novios para mostrarle el paraíso que admiraba) plantearía posibilidades limitadas de que venciera al incumbente Trump. La posible elección de un candidato más centrista provocará una lucha más reñida. De hecho, a fecha de hoy, las encuestas muestran una posibilidad muy alta de que Biden resulte nominado y una posibilidad ajustada de que pueda derrotar a Trump (gráfico inferior, que muestra posibilidades de un 75% de que Biden sea elegido candidato, y que a fecha de hoy, un 45% de que el candidato demócrata venza a Trump).

Pues bien, dada la polarización existente en el electorado de los EEUU, de nuevo la victoria en los estados fluctuantes (“swing states” o aquellos que no están asegurados para ninguno de los dos candidatos) será clave para vislumbrar al posible futuro presidente. 

¿Cómo afecta el covid 19? La respuesta es que la fluctuación del voto en dichos estados depende mucho de la situación económica. Antes del coronavirus todo parecía indicar que la economía de los EEUU afrontaría las elecciones con un crecimiento intenso, cercano al 2%, salarios subiendo con cierta fuerza (especialmente entre los que menos ganan) y con el desempleo al nivel más bajo en medio siglo. Este cuadro macro, que posiblemente se tradujera en una victoria de Trump, se ve amenazado por el posible impacto económico que la enfermedad puede generar. Si la disrupción de las cadenas de suministro afecta a la producción, y las PYMES experimentan problemas de flujos de caja, no hay que descartar que se observen subidas en las peticiones semanales de desempleo, el mejor indicador para percibir cambios de tendencia en la economía de los EEUU. De su intensidad dependerá el futuro de las elecciones. Si el desempleo comienza a subir antes de noviembre en estos estados clave entonces es posible que tengamos a un Presidente demócrata los próximos cuatro años.  Es cierto que la FED ha tomado una decisión agresiva reduciendo 50 puntos básicos los tipos de interés, pero también que los efectos de las decisiones de la FED son retardados… en este balance de fuerzas entre el covid 19 y la FED se decantarán las elecciones, de ahí la presión que Trump está realizando sobre el banco central para que realice más bajadas.  Por último, es relevante saber que Trump realizó importantes recortes en los fondos consignados al centro federal de prevención de enfermedades, así como a la organización mundial de la salud. Si el covid 19 se extendiera por EEUU los demócratas tendrán una baza política a jugar en un país donde la cuestión sanitaria presenta importantes motivaciones electorales.

En China, la posición de liderazgo absoluto de Xi Jinping (“líder central”) y la hegemonía del Partido Comunista también se verá afectada. La gestión del virus por parte de las autoridades comunistas locales de la provincia de Hubei ha sido desastrosa al negar la epidemia demasiado tiempo. Esto explica por qué más del 80% de los casos se concentra en esta zona. Además, cuando el líder local anunció la cuarentena por televisión a las 2 de la mañana, comentó que entraría en vigor a las 10. En esas ocho horas se produjo una fuga masiva de población, lo que en parte podría explicar el contagio hacia otras zonas de China. Los líderes locales han sido obviamente cesados, pero parece que en las redes sociales se ha generado por primera vez una auténtica ola de indignación por la gestión de la crisis. Este novedoso fenómeno marcará también el futuro liderazgo de Xi Jinping y de su Partido.   

Irán es otro de los países que podrían ver afectado su sistema político. Los conservadores acaban de ganar las recientes elecciones, elecciones en las que previamente habían sido eliminadas las candidaturas más aperturistas. Con todo, la evolución de los datos de afectados sobre Irán primero produjo escepticismo, y luego indignación de la población sobre la gestión de una crisis que como sabemos ha infectado a su propio viceministro de sanidad. Sumido en una gran crisis económica, habrá que calibrar si esta epidemia y su gestión hará tambalearse al régimen de mullahs

La última consideración está asociada al precio del petróleo y de otras materias primas. La menor demanda china se traduce en menores ventas y a un menor precio. Muchos estados emergentes se sostienen gracias a los influjos generados por dichas ventas. Hay democracias como México donde una cuarta parte de los ingresos del Estado dependen del petróleo. También dictaduras en el Golfo cuya dependencia es mucho mayor. Y en África se dan democracias, dictaduras y pseudodemocracias muy dependientes de ingresos petrolíferos y de otras materias primas para “comprar” estabilidad política. 

Si la epidemia persiste más tiempo del estimado observaremos una intensa zozobra política de origen vírico que tanto le hubiera interesado a Pericles.