El mayor mercado del mundo es el promotor chino y parece estar en caída libre, lo que lastrará la exportación de emergentes

Muchos mercados emergentes se han comportado sensiblemente mal durante 2021, no solo sus bolsas, sino también sus bonos o sus divisas (empezando por la lira turca). A comienzos de año recibimos muchos consejos para comprar las clases de activo “baratas”. Pero hay que tener mucho cuidado.

Si nos centramos en 2022, podemos discernir la matriz de factores que pueden provocar que un país afronte un riesgo intenso. Los principales son: a) deber mucho dinero en dólares, generando los ingresos en una divisa local depreciada durante 2021, esto aumenta automáticamente el endeudamiento, hasta un nivel que podría provocar una crisis de pagos, b) precisar del ahorro externo para financiar una economía; es lo que se conoce como “déficit de cuenta corriente”; si el país presenta buenos fundamentales puede seguir atrayendo dinero extranjero; si deja de presentarlos, el dinero “huye” y el país afronta una enorme crisis: se ve forzado a reducir inversión hasta que se pueda financiar con el ahorro nacional; es lo que le ocurrió a España en 2008 con un ajuste intenso de PIB, c) mantener una economía muy “cíclica” dependiente excesivamente del turismo y del sector servicios, y d) depender en las exportaciones del precio de las materias primas.

Pues bien, la mayoría de los países emergentes se encuentran, de una u otra forma, expuestos a alguno de estos cuatro factores. Países como Turquía cumplen el a), el b) y el d), otros como Sudáfrica o Argentina, cumplen los cuatro. Si nos atenemos a este cuarto elemento debemos discernir de materias primas que puedan estar fuertes, bien por la situación energética (petróleo, gas), bien por la relación entre la materia y su uso en energía renovable (como el litio). Rusia, expuesto a lo primero, sale bien parada, y de ahí sus ladridos geopolíticos. Sin embargo, muchos países están expuestos a otras materias primas como el hierro o el acero, mucho más dependiente de la actividad económica, sobre todo de la promoción de casas.

Pues bien, el mayor mercado del mundo es el promotor chino, y parece estar en caída libre. Por si fuera poco, muchos países emergentes presentan una correlación relevante con el crecimiento chino. Al estar estallando la burbuja inmobiliaria china esto provocará un volumen más reducido de demanda china (exportaciones emergentes), y posible debilidad en el precio de muchas materias primas. Esta situación afectará negativamente a países del África sub-sahariana, a exportadores de materias primas de Iberoamérica, así como a algún productor del sudeste asiático (como Indonesia).

En finanzas hablamos de “la trampa de lo barato” (value trap) en el sentido de que por el hecho de comprar un activo barato no hay que deducir que se ganará dinero. Puede seguir barato mucho tiempo, o lo que es peor, incluso más barato del precio al que entramos. De ahí que también jocosamente afirmemos que, en bolsa, una inversión a largo plazo es una inversión a corto plazo en la que se pierde dinero.

Pues en unos cuantos emergentes, estamos en esas.

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Publicado el 09/01/2022 en La Vanguardia